Carta de la Tía Gladys a el-Warren

el-Warren:



Siempre fuiste un degenerado, desde chiquito nomás ya se te veía la hilacha, pobre tu prima Rosarito, había que ver la cara de asqueroso nomás cuando la mirabas, aunque ella nunca fue una santa, qué va, buena baraja, en vez de sentarse en un volcán como vos, abombado, a ella habría que haberla sentado en un balde con hielo, porque al final salió más puta que las gallinas, en eso sale a la madre mijito, que lo que se hereda no se roba, pero vos siempre el mismo, mirá que una no gana para disgustos contigo, y tu hermano para qué hablar, otro asqueroso, harina del mismo costal, puro gorgojos.



Y encima mariconeando, como siempre, para variar, cuándo será el momento que te comportes como un hombre, siempre llorando, y mintiendo además, haciéndote el inocente cuando sabés muy bien que venís de mala sangre y eso no tiene remedio.



A ver si te dejás de pavadas, mocoso, bien decía tu madre que más vale criar chanchos que criar hijos, y sentás cabeza de una vez, en vez de seguir sentando culo.



No me contestes, atrevido, porque te doy vuelta la cara de un moquete. Bien dicen que a quien Dios no le da hijos el diablo le da sobrinos. Qué habré hecho para merecer este castigo? No escribo más porque tengo jaqueca, se me parte la cabeza.



Gladys